El águila es el ave de mayor longevidad entre las criaturas de su especie. Vive 70 años. Pero para alcanzar esa edad, al llegar a los 40 debe tomar una seria y difícil decisión; sus uñas están apretadas y flexibles y no consigue aferrar a sus presas de las cuales se alimenta. Su pico largo y puntiagudo se curva, apuntando contra el pecho. Sus alas están envejecidas y pesadas y sus plumas, gruesas.
¡Volar se le hace ya muy difícil!
Entonces el águila tiene solamente dos alternativas: morir o atravesar un doloroso proceso de renovación que dura 150 días. Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse ahí, en un nido cercano a un paredón, en donde no tenga necesidad de volar. Entonces el águila comienza a golpear su pico contra la pared hasta conseguir desgarrarlo y arrancarlo. Debe esperar el crecimiento de uno nuevo, con él que desprenderá una a una sus uñas. Cuando las nuevas uñas comienzan a crecer, tendrá que desplumar sus plumas viejas y esperar a que renazca su plumaje. Después de cinco meses, emprende su vuelo de renovación y ... ¡a vivir 30 años más!.
Somos como el águila, varones adultos, con experiencia de vida buena o mala, con heridas en el alma, con hogares formados o tal vez sin ellos, con problemas familiares o con hogares rotos y matrimonios destruidos o por destruirse… y así caminamos por la vida con “rumbo” pero hacia adonde…
El señor nos extiende su mano salvadora y nos dice : “Y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad" (Efesios 4:24).
EPCA es una comunidad Evangelizadora de adultos varones, comprometidos plenamente con EL SEÑOR, donde se viva la FRATERNIDAD, LA SOLIDARIDAD, EL AMOR VERDADERO con la protección de nuestra Santísima Virgen MARIA.
El desarrollo temático del encuentro se sustenta en tres ideas- fuerza, el trípode Piedad-Estudio-Acción:
- Piedad (corazón): se trata de despertar un amor ardiente (“…llenar el corazón de fuego…”), hacia Dios nuestro Padre que nos acepta como somos, nos sale al encuentro y nos perdona; hacia Cristo que nos salva, nos invita a seguirlo, a amar a los demás y a comprometernos en una acción evangelizadora; y hacia María, Madre que acoge, modelo de humildad, perseverancia y fe incondicional hacia Dios ( “…Hágase en mí según tu palabra…” , “Hagan lo que El les diga...”).
- Estudio (cabeza): se busca despertar el deseo de conocer y saber cada vez más sobre la Doctrina de Jesús, sobre los Documentos de la Iglesia y sobre todo aquello que nos ayude a superarnos y ser mejores personas. (“…llenar la cabeza de ideas…”).
- Acción (brazos y rodillas): si vivimos el amor a Dios y conocemos su doctrina, no podemos cruzarnos de brazos, tenemos que salir al encuentro de los demás a través de una acción apostólica que es entrega personal, compromiso social y vida comunitaria. Se necesita una acción comprometida pero ofreciéndola a Dios, acompañada siempre con la oración. (“Ven y sígueme...”)
podemos crecer juntos en el amor del Señor... contactanos
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Es un llamado, un apostolado una misión, hay que renovarse como el águila
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